sábado, 16 de abril de 2011

Adios, GW, adios

He tomado la decisión de abandonar Warhammer del todo.

Ya llevo bastante tiempo pensándomelo, y de hecho casi no me compro figuras de Games Workshop desde hace bastantes años. Sobre todo desde que descubrí las tiendas online.

Si a esto le unimos que las miniaturas de GW son escandalosamente caras, y que de calidad cada vez tienen mas altibajos, la decisión era facil.

Hará aproximadamente 17 años que pinté mi primera figura de Warhammer: un nigromante no muerto que, tras un par de remodelaciones, aún tengo en la vitrina, engrosando las filas de mis esqueletos. Por aquel entonces Freddy Mercury aún vivía, el uego estaba en su tercera edición y las miniaturas, aunque puede que fuesen de menor calidad en cuanto a detalles, tenían caracter. Ese puntillo que las hacía atractivas. De hecho aún recuerdo con cariño la primera White Dwarf que cayó en mis manos, un par de años antes(allá por el 92), en inglés, porque aún no la editaban en castelano. Especialmente el trono del rey enano, y unas fotos de un ejército bretoniano desplegado en un pueblo. Ese halo romántico que tenían se ha perdido.

Puede que sea yo, que soy reacio a los cambios, pero para mi los 90, el steampunk y los JCC se han cargado este hobby, y prácticamente todos los relacionados. Todo el mundo quiere ser una gran mutlinacional, y con eso hemos conseguido que las minis se parezcan cada vez mas a los gormitis y menos a la imagen que tenía yo de la fantasía de Tolkien, Howard, Weiss y Hickmann o incluso Moorcok. Todo por captar el mercado más amplio de adolescentes que no saben ni lo que es Barrio Sésamo, pero si que saben que para ser vampiro hay que brillar, como un traje de Norma Duval.

Bueno, que me lío, y soy capaz de no parar. A ver si soy capaz ya de ir al grano. ¿Qué motivos me han llevado a dejarlo?

Por un lado están las continuas decepciones que me ha dado GW, y los innecesarios cambios de versión (que por cierto, si alguien no se ha dado cuenta, no son mejoras en el sistema de juego o las miniaturas, sino maneras de obligar al jugador a comprar de nuevo reglamentos, libros de ejército, y la mayor cantidad de miniaturas posible. "No, que como los orcos viejos tienen más cara de cerdito, y en esta edición se parecen más a Carmen de Mairena, los viejos no valen para jugar", " Es que en esta edición los enanos no pueden ir en bici, pero para compensarlo los mangos de sus hachas son un 12,4% más largos, y su aliento obliga a un chequeo de pánico a las tropas con al menos una nariz"... iros al pedo hombre ya.

Si a esto unimos los genocidios (Bretonianos en ediciones alternas, enanos del Caos...) divisiones y subdivisiones de razas (esqueletos, condes vampiro, momias, nigromantes... "No, que si quieres que tu ejercito tenga lobos, tienen que ser lobos zombi y con el carnet de socio del Atleti") y cambios de look estupidos (pero si los elfos oscuros han dejado de ser los primos siniestros de Elrond para ser un híbrido entre lady Gagá y los Kiss) no podía tener otro final.

Muchas veces GW me ha dado la de cal y la de arena. Por poner unos ejemplos, compre mi primera caja de WHFB sólo para enterarme mientras la pagaba que el ejército que quería (Bretonia) ya no existía. Además (culpa mía, eso si, por no investigar un poco) al poco tiempo aparecía la caja de la nueva edición con Bretonia pero eso si, con unos lagartos preincaicos (lo siento, no me pega "La canción de el héroe Rolando contra los malignos, o no, depende, hombres fardacho). Juegos que implicaban menor coste, como Necromunda o Epic aparecen, pero con ellos viene el comienzo de la escalada de precios, que dudo mucho que tenga comparación en otros sectores parecidos, exceptuando la gasolina y el tabaco. Edición tras edición de nuevas reglas que "no-implican-cambio-de-libro-ni-de-miniaturas-bueno-al-final-va-a-ser-que-si". Compensan sacando (aprovechando el tirón de las peliculas, eso si) el juego del Señor de los anillos. desaparecen los juegos de especialista. Me decido a ponerme al día con la edición de Warhammer, pero en un par de meses la vuelven a liar con otra edición (¿la 9º?). Amenazan con no sacar nada más de LOTR, y al poco ¡Te cambian las reglas! para que no puedas jugar con un puñado de minis, sino con macro ejércitos.

Total, que al final he hecho lo que debí hacer desde un principio. Me paso a la estrategia tradicional. Si en el fondo yo lo que quiero es recrear las grandes batallas de la reconquista, de Alejandro Magno, Napoleón o la segunda guerra mundial.

De momento voy por la fase de selección, buscando un juego que salga barato, se pueda jugar con minis de 1/72 (nostalgia de los sobres de montaplex de mi infancia) y las reglas sean lo más sencillas posible. Parece que el que tiene más papeletas es De Bellis Antiquitatis, alias DBA, que espero probar antes del verano (cuando mi amigo Carlos se mude a su nueva casa, por ejemplo), para el que estoy preparando la batalla de Teutoburgo, y juego, ejércitos e informe de batalla serán objetos de una entrada en el blog algún año de estos.

Esto no quiere decir que no vuelva a jugar a Warhammer. De hecho a LOTR pienso seguir, al menos coleccionando miniaturas mientras las vendan. De warhammer seguiré "perfeccionando ejércitos, y siempre y cuando encuentre a alguien con quien jugar, usándolos en batallas. Pero para mi, ha dejado de ser el juego de referencia. Descanse en paz, Martillo de Guerra.

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